Mondo Pixel nos devuelve el favor de haberles cedido a Manu y José Manuel Heras, Manolo, nos manda su crítica de "Flores para Algernon". Gracias Manolo, leerte es como escucharte, la misma pasión en cada palabra.
"Parece que según empezaron a lloverle premios, pero sobre todo un poco después, en el momento en que entró con pie firme en los temarios de escuelas secundarias y (¡HORROR!) de la universidad, arrancó un empeño creciente, casi histérico, por distanciar en lo posible Flores para Algernon (Daniel Keyes, 1959) del entorno contaminante de la Ciencia ficción Es raro, porque justo los primeros reconocimientos le llegaron por el lado de convenciones y profesionales del medio, pero a medida que se acercaba a los círculos literarios más respetables parecía urgente alejarlo como fuera y cuanto antes mejor de ese gueto de personajes vestidos con papel albal, doctores chiflados y guerras en el espacio, no fuera a ser que se le pegase algo, que de las compañías aprendiera alguna maldad. El mismo autor, Daniel Keyes, se encerró en su casa para pergreñar a toda prisa una versión corregida del texto más presentable, con más páginas, más drama… más nivel.
Y digo que es raro, porque a mí me parece que hay pocos libros más claramente encuadrados en la ciencia ficción que el texto original de Flores para Algernon. A lo mejor no hay rayos de la muerte ni marcianos, y es verdad que la ciencia casi no sale, un poco al principio y al final nada más. Se cuenta la historia de una persona que se siente insatisfecha, y que para remediarlo participa en un proyecto que le proporcionará justo aquello que cree que le falta para sentirse completo. El problema surge cuando descubre, demasiado tarde, que ahora que está completo ya no puede ser feliz. Nunca
más. Para siempre. Todo muy humano, todo cosas que nos pueden pasar a ti y a mí: abrir una puerta con la mejor sonrisa y caer al vacío. Tomar decisiones de buena fe y lamentarlo el resto de la vida. Haberlas tomado hace años, sin darte mucha cuenta de las consecuencias hasta que es demasiado tarde.
El dilema de Charlie, el protagonista, se puede comparar sin mucho sonrojo al de Edipo o al de Hamlet. Pero a mí me parece mucho más moderno, porque es precisamente la ciencia el catalizador del cambio, la herramienta que se pone en tus manos para que transformes tu vida en algo mejor o peor, para bien o para mal. Muy a menudo sin vuelta atrás. Esa herramienta no es una convención literaria en el mundo en el que vivimos tú y yo, que es un mundo donde hace ya años que desciframos el genoma humano, otra forma de llamar al libro de instrucciones de cómo funciona el Hombre. Donde ahorras un poco y te puedes comprar un pedazo de plástico del tamaño de la palma de tu mano, capaz de transmitir información al otro extremo del planeta en cosa de segundos. Un mundo en el que hemos dejado de viajar al espacio por pura dejadez.
Flores para Algernon es una novela maravillosa que habla del hombre, de la tecnología y de la relación entre ambos. Yo te recomiendo que la leas, a ser posible según el texto original, sin hacerte melindres por el género o porque aparezca en una colección infantil. Es una novela de ciencia ficción, pero si tienes Internet en el móvil y una cuenta en Tuenti la ciencia ficción es seguramente el género que más a las claras trata de ti. Tampoco es algo como para ir pidiendo perdón por la calle.
Flores para Algernon. Daniel Keyes. SM, 2004. Col. Barco de Vapor, serie roja."
Y digo que es raro, porque a mí me parece que hay pocos libros más claramente encuadrados en la ciencia ficción que el texto original de Flores para Algernon. A lo mejor no hay rayos de la muerte ni marcianos, y es verdad que la ciencia casi no sale, un poco al principio y al final nada más. Se cuenta la historia de una persona que se siente insatisfecha, y que para remediarlo participa en un proyecto que le proporcionará justo aquello que cree que le falta para sentirse completo. El problema surge cuando descubre, demasiado tarde, que ahora que está completo ya no puede ser feliz. Nunca
más. Para siempre. Todo muy humano, todo cosas que nos pueden pasar a ti y a mí: abrir una puerta con la mejor sonrisa y caer al vacío. Tomar decisiones de buena fe y lamentarlo el resto de la vida. Haberlas tomado hace años, sin darte mucha cuenta de las consecuencias hasta que es demasiado tarde.
El dilema de Charlie, el protagonista, se puede comparar sin mucho sonrojo al de Edipo o al de Hamlet. Pero a mí me parece mucho más moderno, porque es precisamente la ciencia el catalizador del cambio, la herramienta que se pone en tus manos para que transformes tu vida en algo mejor o peor, para bien o para mal. Muy a menudo sin vuelta atrás. Esa herramienta no es una convención literaria en el mundo en el que vivimos tú y yo, que es un mundo donde hace ya años que desciframos el genoma humano, otra forma de llamar al libro de instrucciones de cómo funciona el Hombre. Donde ahorras un poco y te puedes comprar un pedazo de plástico del tamaño de la palma de tu mano, capaz de transmitir información al otro extremo del planeta en cosa de segundos. Un mundo en el que hemos dejado de viajar al espacio por pura dejadez.
Flores para Algernon es una novela maravillosa que habla del hombre, de la tecnología y de la relación entre ambos. Yo te recomiendo que la leas, a ser posible según el texto original, sin hacerte melindres por el género o porque aparezca en una colección infantil. Es una novela de ciencia ficción, pero si tienes Internet en el móvil y una cuenta en Tuenti la ciencia ficción es seguramente el género que más a las claras trata de ti. Tampoco es algo como para ir pidiendo perdón por la calle.
Flores para Algernon. Daniel Keyes. SM, 2004. Col. Barco de Vapor, serie roja."