domingo, 25 de diciembre de 2011

Mi mejor momento en el cine del 2011: "La boda de mi mejor amiga"

Todavía no hemos sobreescrito todas nuestras viejas tradiciones con costumbres americanas, por suerte. Y sin embargo todo lo yanqui nos es tan familiar por las series y las películas, que aún esperamos que alguien detenga nuestra boda cuando el cura dice eso de "quien tenga algo que decir, que hable ahora o calle para siempre", que nuestro abogado gane nuestro caso imposible por una sentencia similar ocurrida en Cuenca hace diez años, o que nos lean nuestros derechos cuando nos esposan, un policía con gafas de espejo.

Aquí la madrina de tu boda, tu suegra, tampoco te organiza la despedida de soltera. Que puede haber casos ¿eh? pero yo personalmente no me imagino a la madre de mi novio organizándome el viaje a Ibiza con mis amigas enloquecidas o contratándome a los strippers vestidos de El Zorro, una fijación personal. Tampoco me imagino a mis mejores amigas poniéndose de acuerdo para llevar el mismo vestido. Es totalmente imposible que a mí me convenzan para que lleve el mismo vestido que a mi amiga la buenorra le va a quedar estupendo. Que no hay que jugar, que la autoestima no crece debajo de las piedras.



Así que "La boda de mi mejor amiga" tiene un contexto que aquí nos es un poco extraño. Pero sin embargo lo que cuenta hace que me sea cercana. Me gusta cómo cuenta la amistad sincera entre dos chicas, cómo describe a esa amiga que todas tenemos desde siempre, que te conoce como eres y te justifica las estupideces más grandes, que hasta parece que no se da cuenta de cuánto llegas a liarla a veces. Y también cómo cuenta la competitividad, ese rencor a esa mujer guapísima y que todo lo hace bien que un buen día parece estar en todas partes para hacerte sentir un poco peor, y que sólo tú pareces darte cuenta de sus crueles reales intenciones (Sí, que es envidia, lo sé). Y también cómo cuenta que a veces las personas más distintas a ti son tu mejor consuelo en los momentos más complicados. Y también cómo cuenta cómo mujeres increibles podemos colgarnos del sufrimiento que nos causan tíos que no se merecerían ni una segunda mirada nuestra (Bueno, que en este caso es Don Draper, que ojalá todos mis errores vitales tuviesen esa pinta). Y cómo cuenta que el amor de tu vida no se suele parecer a Don Draper, y suele aparecer con su barriguita cervecera en el momento más inoportuno de tu vida de la manera más absurda. Y también cómo cuenta lo difícil que es renunciar al sueño de tu vida por esta oscura crisis económica, y lo duro que se hace ir a trabajar cada día sabiendo que tendrías que estar haciendo otra cosa.

No sólo es por lo que me reí las dos veces que la vi en una semana por lo que es mi mejor momento en el cine del 2011. Esta película me enganchó. Quise que aquel grupo salvaje fuesen mis amigas. Y eso que yo sé que tengo unas amigas maravillosas. Por eso a lo mejor, me identifiqué tanto.

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