martes, 22 de mayo de 2012

Exuberante

Ahora esta mitad del Pulgar es vegetariana ante la incredulidad de la otra mitad. Aunque ser vegetariano es una determinación difícil de conseguir aquí, porque España no es un pais con restaurantes o supermercados adaptados a vegetarianos como puede ser el Reino Unido, y pasas hambre, mucha hambre. Pero a mí me pega intentarlo porque siempre he sido muy pro-animal: tengo un perro salchicha, tres gatos callejeros, dos tortugas y una ballena adoptada en Canadá cuyos avistamientos (y los de su familia) puedo seguir por Internet. Aunque lleva seis meses sin aparecer y empezamos a estar preocupados.
Sin embargo, los solomillos poco hechos se interponían duramente entre mi amor pro-animal y yo. Porque la carne de ternera poco hecha con una copita de Ribera era mi gran pasión culinaria. Nunca fui de cerdo, después de tener que asistir a esas matanzas cruentas en mi pueblo durante toda mi infancia.



Ahora que he decidido abandonar mi pasión por la carne y hacerme vegetariana por principios, me apetece hablar de Lush y su campaña contra el testeo en animales. Siempre me gustó Lush porque soy una persona de bañeras. Cuando recuperé mi bañera después de cinco aburridos años de plato de ducha, funcional pero triste, recupere mi tradición de darme eternos baños la mañana de los domingos, con agua muy caliente llena de sales y aceites y musiquita al fondo; hasta me compré una almohada de bañera para poder recostarme allí por horas, hasta estar más que arrugada. Y ahí fue cuando conocí mi tienda Lush, cuyo olor a jabón inunda un buen trozo de la calle Fuencarral, y me hice asidua a las bombas de baño y su efervescencia de colores y olores. Las he probado todas, creo, pero mi preferida era la Sakura, ya tristemente desaparecida del catálogo, con olores a mimosa, jazmin, limón, azahar y gardenia. Ese momento baño japonés era mágico, en serio.


Pero hoy os hablo de Lush porque son una compañía vegetariana, donde todos sus productos están hechos con frutas y verduras orgánicas frescas, desde los jabones y aceites hasta el empaquetado. Y además porque Lush está firmemente comprometido con una política que excluye probar sus productos e ingredientes con animales  y con no comprar ningún ingrediente de ningún proveedor que pruebe ninguno de sus materiales en ningún animal bajo ningún concepto. Esta política es única en su área y está abriendo un nuevo camino para acabar con la experimentación con animales para los productos cosméticos.
Así que como ahora somos un Pulgar medio-vegetariano, hoy queremos dedicarle nuestro Post a Lush y a sus baños japoneses. Ais, qué ganas de que llegue el domingo.

4 comentarios:

  1. Veo que la información estaba aquí... Anda que no tuviste suerte de que me diera por comprar setas y queso de cabra... Jaja.

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  3. Oye Clementine cuéntanos como adoptar una ballena porfaaaa :B (me reflipan las ballenas)

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  4. Te contesto yo. Puedes adoptar en http://www.wdcs.org/

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