domingo, 14 de noviembre de 2010

cosas que me gustan saborear: el chocolate.

Algunos domingos el periódico llega más dulce de lo habitual. Mi chico me incita al pecado del chocolate. Mi favorito una denominación de origen llamada Los Palmaritos que compramos en una pastelería de Santiago de Compostela. Se trata de una cobertura monovarietal de cacao hispaniola ( es decir no fermentado) procedente de unas montañas dominicanas del nordeste de la isla. Sus ingredientes: 24,5 % de azúcar, 75% de cacao, 45% de manteca de cacao y vainilla natural. Su sabor maravilloso. Sabe a invierno, a especias, a manta y peli, a amor con calcetines, a viaje, a domingo claro con sábado lluvioso, a regaliz...

Como cobertura es ideal fundido pero me vuelve loca morderlo y sobre todo humedecerlo en mi té ( otro día hablamos de tés) y aplastarlo contra mi paladar durante un ratito y gozar y gozar. Así, trocito a trocito hasta que se acabe. A veces lo comparto y entonces el pecado se hace mayor.

Lo bueno de pecar con chocolate es que la culpa desaparece ante los muchos argumentos que nos justifican. Por ejemplo, para los aztecas fue fuente de sabiduría, de energía, el mejor de los afrodisiacos. Dicen científicos que regula el azúcar en sangre, que es más antioxidante que el vino y el té, que segrega serotonina y endorfina, que es bueno para el colesterol malo y también nos hace más feliz a las mujeres antes de enfermar mensualmente. Además,es divino. Dicen que su origen puede estar en una planta orinoca llamada “Alimento de los dioses” (Theobrama). Así que rico, sano y celestial.

Una advertencia: para que todo esto se produzca el cacao ha de ser orgánico, sin pesticidas. Los chocolates de cacaos no orgánicos son uno de los alimentos con más pesticidas del mercado. Así que cuidado. Pequemos, pero bien.

2 comentarios:

  1. Que buena forma de reponer fuerzas para la semana. Tus posts están muy ricos :)

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  2. Me gusta lo de amor con calcetines... además del chocolate claro...

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