Slow Food

Para los que ya lo conocéis, este texto es reivindicativo. Para los que no sabéis nada de Slow Food, una ventana enorme. Estáis a punto de descubrir una maravillosa manera de entender el placer. Sugerente,¿eh?.

Slow Food es un movimiento de origen italiano fundado por Carlo Petrini en 1986 y que ahora está en Japón, Estados Unidos, Alemania, Suiza, Francia, Italia y España. Se presenta como vacuna a la “ macdonaldización” de nuestras comidas y al “Fast –Life” que nos ahoga. Slow Food defiende una filosofía hedonista llamada eco-gastronomía que consiste en defender el gustoso y, a veces, lujurioso placer de comer, el goce lento y prolongado de todo lo que nos llevamos a la boca. Pero, evidentemente no todo es merecedor de nuestro tiempo así que , Slow Foof también reivindica la calidad, el origen y la cultura en la que el objeto de nuestro deseo se sitúa.

Me explico. Slow Food intenta recuperar productos gastronómicos en peligro de extinción como el maíz de Capia o el pan Kalakukko finlandés. También promociona delicatessens artesanales que solo conoceríamos si viajamos y viajamos, como el aceite de Argan marroquí o la cebolla morada de Zalla… Incluso nos ayuda a escoger los mejores pescados de nuestra zona y a cocinarlos solos o en compañía. Organizan encuentros gastrónómicos, nos animan a consumir las frutas de temporada, a bajar a la tienda de siempre, a perdernos por el mercado y a comer rico y muy lentamente.

Con Slow Food, la gula se hace responsable y el placer eterno.

¡¡¡Viva el hedonismo !!!