lunes, 8 de noviembre de 2010

cosas que me gustan saborear: lo italiano.

“El apetito es para el estómago lo que el amor para el corazón”, Rossini.

Es cierto que la mayoría de nosotros y nosotras no somos gourmets y en ocasiones incluso nos aliamos con nuestra desolada nevera o con la rapidez de la esquina sin lanzarnos a mayores exploraciones culinarias para saciarnos. Pero a veces esto cambia. Podríamos recorrer Berlín en busca de la mejor currywurst, desayunar un calórico slagroom holandés, alucinar con las más frescas y hermosas ostras gallegas o emocionarnos con el mejor Ootoro japonés…Personalmente, sin la experiencia de la comida no comprendería el lugar que descubro.

Otras veces no es el viaje sino la compañía la que nos empuja a bailar con los fogones. Últimamente la música que suena en mi cocina viene de Italia. Por eso os presento mi particular partitura. Yo la leo, me inspiro y ejecuto para que a los que quiero me disfruten.

Esta maravillosa partitura de la que hablo la escribió la apasionada profesora ucraniana Elena Kostioukovitch apoyada por el señor Umberto Eco. No es un libro de cocina. Es un mordisco enorme, jugoso, divertido, emocionante, sofisticado a la cultura gastrónomica italiana. Sí, en él hay recetas de sopas de pescado, irresistibles rissotos, universos de pasta, asombrosos quesos y…Más. El libro recorre las veinte regiones italianas y nos descubre como el pesto genovés se inventó para conservar la albahaca, que el vinagre de Módena pasó de ser medicinal a ser ahora más caro que el coñac más añejo. Nos hace reír con las reivindicaciones y éxitos políticos del Partido del Bistec o con cómo la policía secreta rusa pensó que el gorgonzola era un queso envenenado fruto de un sabotaje. También nos emociona con las lujurias gastronómicas de Stendhal y de Rossini, con los poemas apetecibles de Dante o los diálogos culinarios de Goldoni. Visita mercados, lonjas y filosofías que aspiran al hedonismo inteligente. En definitiva, nos hace la boca italiana.

Mamma mia !!!

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