Cosas que me gustan: el oro negro de Alicante

La navidad me ha traído un bocado delicioso. Nunca había probado algo así. Fue pequeño, pequeñísimo pero grande, grandísimo su enorme sabor a chocolate y azafrán. Se trataba de un bombón del maestro Paco Torreblanca. Pero me pareció mucho más que eso. Él los llama süsser kuss y los describe como besos. Pero no como un beso cualquiera, sino como el primer buen beso de amor. Qué rico, ¿verdad?

Dicen que Paco Torreblanca es el gran pastelero español. Salió de Alicante para aprender el oficio en París con el super Jean Millet y regresar a Elda en 1978 para fundar su obrador-escuela Totel donde, dicen, hace magia como un druida o un alquimista con las mejores vainillas, chocolates y frutas. Y ,además,presume de hacerlo sin olvidarse de la tradición. Me ha dicho un pajarito que su panettone es el mejor del mundo.

Hasta hace muy poco desconocía a Paco Torreblanca. Y curiosamente fue una amiguita japonesa la que me habló apasionadamente de un pastelero al que admiraban porque sus delicias eran además obras de arte. Y es cierto. Las cuatro líneas de su obra: susser kuss (bombones), dolce vita (panettones), 16:00 pm (pastas de té) y clásicos (bizcochos) se comen con los ojos, te seducen como los vestidos del París de los 50, te conquistan desde lejos y los quieres muy muy cerca. Mi susser kuss ha sido un deseo cumplido.

Así que si podéis encapricharos o queréis endulzar a alguien especial os invito a la lujuria gastronómica de las manos de Paco Torreblanca. El placer os lo llevan a casa. Pero si lo que os apetece es cocinarle, cocinarte o cocinaros dulcemente también hay libros maravillosos donde te acerca a la mejor mousse de chocolate que he hecho nunca o a la más rica Tarta Sacher.

Hoy entiendo más que nunca por qué los alemanes del XVII incluyeron al chocolate como lujo.